En software es fácil tener muchas versiones de un mismo producto, las peticiones del cliente y el reducido coste de actualizar nos hace que podamos tener fácilmente varias versiones en producción de un mismo producto.
Crear, mantener y gestionar estas versiones puede ser tan laborioso como tener descendencia.
Una versión funcionando en un cliente es como una hija:
- Has tenido que parirla y eso cuesta
- Has tenido que darle un buen trabajo (Instalándola en los clientes)
- Si tiene algún problema te llamará y tu eres el responsable de ayudarla
- A una hija/versión no puedes abandonarla
- Cuantas más hijas/versiones distintas tengas en producción más difícil será «mantenerlas todas»
- Cuantas más versiones, más te costara «identificarlas». Ponles nombres
- En reyes (cambio legal en la aplicación), tendrás que hacerle un regalo a todas 😉
- Cuantas más hijas/versiones, más posibilidades que te salga alguna rebelde
Ten pocas y buenas hijas/versiones, te darán menos guerra y entrareis todos en casa en Nochebuena.